domingo, 1 de mayo de 2011

Je t'aime

Es una loca historia, recuerdo que antes de caer en este profundo hoyo de des-amor junto a él, te vi venir, y una extraña sensación estremeció cada partícula, cada molécula, cada célula de mi cuerpo, recuerdo tus miradas, llenas de ternura, recuerdo cada una de las veces que intentaste acercarte a mi , tan tímido e inseguro, en tus ojos leía lo que querías preguntar, pero tus labios balbuceaban y de tu voz salían otras palabras, entonces te retirabas y al siguiente día se repetía la misma historia, tampoco me atrevía a hablarte, me llenaba de nervios cuando te sentía llegar, siempre en la biblioteca, aunque no quisiera leer, siempre estaba allí, no conocía tu nombre, pero me bastaba mirarte, tan solo observarte de lejos y amaba el momento en que tu mirada se cruzaba con la mía y repentinamente la retirabas, te dabas vuelta, intentando ocultarte y yo me sonrojaba, los dos con una sonrisa en la cara. Increíble que así pasó todo un año, tan cobardes los dos, uno para el otro, ninguno se atrevió a hablar. Dejamos pasar tantas oportunidades y nunca me hablaste, yo tampoco me esforcé, entonces apareció una nueva ilusión y te olvidé, como cuando escribes algo en la arena y es borrado por las olas en la orilla del mar, así, desapareció, no quedó rastro y me olvidaste, no volviste a tartamudear. En ese momento, esa nueva ilusión era él, a pesar de que el mundo se interponía, los instantes junto a él fueron hermosos, pero en este momento lo que más me gustaría es que hubiesen sido a tu lado, no al de él, pues me hizo daño, más del que alguien se pueda imaginar. Quisiera omitir esta parte de la historia mas no puedo, no se puede borrar, no la puedo cambiar, pero yo qué me iba a imaginar que después el destino se iba a encargar de juntarnos otra vez, si lo hubiese sabido, juro que jamás hubiese ido detrás de esa nueva ilusión. Pero la vida estuvo de mi lado, un día muy normal decidiste hablar, y pronunciaste mi nombre, un sonido hermoso viniendo de los dulces labios de un ángel, no me habías olvidado, probablemente siempre habías estado ahí y nunca pude darme cuenta de que era así pues estaba ciega, ciega por otro amor. Y te conocí y fue maravilloso, pero nuestros sentimientos eran prohibidos, porque apareciste en el momento menos indicado, yo estaba con él y estaba ilusionada y, la peor parte, tu estabas con ella y me consideraba su amiga. Cuántas veces intentamos luchar en contra de lo que sentíamos, y nuestros esfuerzos fueron en vano, pues entre más luchábamos, más crecían, se multiplicaban tan rápido como un organismo unicelular, hasta tal punto de no poderlos negar, no poderlos evitar. Y esta historia no termina aquí, muy pronto nos encontraremos y podré abrazarte y besarte como la primera vez.

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