lunes, 27 de julio de 2015

Así está la cuestión: Es un Don Juan inconsciente, y su habilidad es sutil, no lo pretende, no lo fuerza. Es un encantador sigiloso y sin intenciones, así enamora, sin darse cuenta, cuando menos se espera. Tiene una carita indefensa, un arma letal; ni el más experimentado podría superar la trayectoria y profundidad de su historial de encantamientos. Si le miran de cerca, tan cerca, pueden ver sus ojitos brillar, abraza como nadie, besa con sabor a cielo; siempre ajeno, hace desear ser su última conquista.

Julio

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