No podría decir que sus ojos son como dos lunas; la luna se queda corta en comparación, incluso estando llena. Son sus ojos simplemente dos gigantes lumbreras, titilantes, nunca antes apreciadas -un punto en contra para la ciencia escasa en métodos que permitan contemplarlas-.
Hablo de ese par de esferas luminosas que aún mirando de cerca no enceguecen, todo lo contrario, reflejan completo el universo -y aquí viene otro punto en contra- que dicen de éste los sabios "imposible es conocerlo en su infinito".
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