Me hastié de esta agonía, de pretender ser nada cuando soy tanto; de ligerezas en exigencias, de docilidad, de aceptación al lugar que no se ha dado. Si soy mucho. ¡Ah, silencio! ¿Por qué me atacas tanto? ¿Por qué me atas los sentimientos? ¿Por qué te tragas mis reproches? Devuélvele el voto a la inconformidad, devuélvele el valor al conjunto que abarca mi alma y cuerpo. Devuélveme la vida que me carcomo lento.
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