lunes, 23 de noviembre de 2015

Si te has dado cuenta, volví a escribir a partir de ti. Olvido el dolor cuando te tengo cerca, cuando me abrazas fuerte no hay un antes que me duela. No me lo recuerdes porque tenerte en frente es el presente en esta vida ajena, el que quiero y al que siempre me he aferrado. Es el único al que puedo. El único que quiero. Ya ha dolido suficiente, pero está bien, no te niego el lamento. Supongo es tu turno, es tu derecho. 
Cuando termines, vuelve y mírame y abrázame que te espero -si quieres- para continuar.

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