domingo, 27 de diciembre de 2015

Marooned

Si usted se sumergiera así en su iris, si navegara dentro, si descubriera la noche ahí escondida detrás del marrón de sus ojos, aprendería a amarlo en la profundidad y entendería que el camino hacia su corazón ha de recorrerse lento, con la paciencia que carece el dueño, con sensatez y con locura al mismo tiempo. Aprendería cómo se quiere lo que no se tiene pero aun así se cuida.  Entendería que hay belleza en un espíritu pesimista, que hay manos que no solo generan sensación en la superficie sino que también atraviesan dulce y velozmente el pasadizo secreto hasta el corazón; que en la fría personalidad que hace su esencia, hay tanta tibieza que incluso se transmite por sus manos, por sus labios, en su abrazo, en el beso aventurado y necio. Y que aun así, con todo lo que acarrea un leve instante a su vera, resta más tiempo y más ocasión para caer enamorado, porque la prontitud evadiría los cortos sorbos, el degustar paso a paso el recorrido hasta la plenitud del mortal amor.

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