Belleza tú, que eres mi opuesto,
y gracias al cielo mil veces por eso.
Bella tu fuerza y tu valentía,
bellas tus convicciones y tu sobriedad;
bellos tus momentos reducidos de completa alegría,
bello el silencio cotidiano y tu estadía;
bella la vida que me toca por vivirla en tu compañía.
Bellos los días, bellas las noches, querida mía.
Sin ti en mi vida, sin duda alguna, rotundamente,
habría siempre más sequía.
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