La vida transcurría, día tras día, la misma receta; el mismo guión; la misma calle; el mismo cielo, como si estuviese condenada a vivir la misma historia una y otra vez, cansada de la monotonía y la rutina, de encontrar a la misma persona en manifestaciones diferentes. Lo único que buscaba, lo único que necesitaba: vivir una experiencia que le devolviese el brillo y el sentido a mi existencia. Yo sólo esperaba una historia diferente, no era mucho pedir y resultó siendo
todo.Cuatro letras son pequeñas para dar significado a mi único propósito, mi esperanza y nuevo comienzo.
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