lunes, 16 de febrero de 2015

Sin paraguas




Y desperté dándome la mañana un golpe, como si no hubiese dolido ya lo suficiente la noche. Con el amanecer vino el tiempo lento y el silencio que tampoco ayudan mucho; llegó con un reproche y ni un solo abrazo, así los días hieren. Por la ventana el sol tan radiante qué será lo que pretende, podrá alumbrar afuera pero aquí dentro, aquí llueve.

1 comentario:

Riberaine dijo...

ES triste muy triste , pero los dias cambian si caminamos y trabajamos la oscuridad se ira, pues esta solo es la falta de Lux