miércoles, 23 de marzo de 2016

Sí, y solo sí

Fuera yo tu reflejo, quien te viera en la mañana cuando raya tu silueta el sol; fuera yo la almohada que sostiene tus sueños; fuera yo, amor. Dejarían de ser las buenas noches un sinónimo de adiós, dejarían de ser los buenos días el letargo de la ausencia, el lapso del silencio de tu voz.

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