Expande sus colonias la frecuencia perfecta de la onda de su voz; expande allí su imperio en lo intangible, en lo imperceptible de la mente y corazón. Legítimamente ha ganado cada espacio habitable, sella con sus pasos y no hay lugar dónde no ha llevado ya su olor, el dulce y endémico aroma que emana de su interior. De sus labios brotan flores diferentes cada día y ya ha sembrado un campo hermoso en la tierra que vestía gris color. Todo es suyo, todo es suyo en mí, colono de mi reservado amor.
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