domingo, 15 de mayo de 2016

De usted

El marrón no había sido mi color predilecto hasta que habitó en el iris de sus ojos; ni los besos en las manos eran de mi preferencia hasta que sus delicados labios los hicieron pacíficos, profundos y adictivos; tampoco estaba en mis planes enamorarme de un tono como el de su voz hasta que apareció incluso mientras dormía y se hizo añorable en extremo; y, a decir verdad, nunca preví caer ante una sonrisa imperfecta hasta que el sonido de su risa se convirtió en mi felicidad. Nunca él, jamás. Ahora, todo, incluso más. Yo quiero despertarme en resto de mis días abrazando lo que nunca pensé. Porque no se conoce el valor de la piedra hasta que se descubre su esencia diamante. 

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